¿Has oído hablar alguna vez de Porto Santo? Ante de llegar a Madeira no la conocía, pero enseguida descubrí que es una isla realmente especial. Con sus impresionantes playas de arena dorada y su espectacular paisaje volcánico, Porto Santo ofrece la escapada perfecta. Esta encantadora isla, que forma parte del archipiélago de Madeira, está a solo 2,5 horas en ferri. Embarcarse en unas vacaciones en Porto Santo promete una mezcla ideal de relax y aventura. En este artículo podrás conocer las numerosas actividades que puedes disfrutar en la isla de Porto Santo.
Cuando el ferri se estaba acercando a Porto Santo, poco después de las 10:30 de la mañana, vi cómo sobresalía el enorme cono volcánico de la isla. ¡Madre mía! Qué bienvenida a esta escarpada isla. Estaba impaciente por empezar a explorar esta joya escondida en el océano Atlántico.
Durante nuestra escapada de dos días, nos alojamos en Vila Baleira, la ubicación perfecta para explorar las playas, conocer las piscinas naturales y realizar excursiones por la isla. Al ser una isla pequeña, de 11 km de largo y 6 km de ancho, es muy fácil moverse por ella, ya sea en coche o en bicicleta. Sin embargo, ten en cuenta que hay zonas montañosas en Porto Santo que pueden resultar difíciles de explorar en bicicleta.
Lo primero que hicimos fue pasear por la impresionante playa dorada de 9 km de longitud. En comparación con Madeira, ¡es tan agradable tener esta hermosa playa de arena justo enfrente del hotel! Había muchos deportes acuáticos y mucha gente practicaba windsurf, kayak y esnórquel.
Durante nuestra visita a Porto Santo, nuestro principal objetivo era explorar la isla y sus rutas de senderismo. Decidimos empezar con la ascensión al Pico de Ana Ferreira, el punto más alto de la vertiente occidental de Porto Santo, que se eleva a unos impresionantes 283 metros sobre el nivel del mar. Las formaciones rocosas del Pico de Ana Ferreira, esculpidas por su antigua actividad volcánica, resultaron tan fascinantes como resistentes de atravesar. Estas sobrecogedoras columnas de roca, con sus formas pentagonales, como las de los tubos de los órganos, son testimonio de la historia volcánica de la isla y ofrecen una visión de su pasado geológico. Pero, además de hacer senderismo hasta la cima del Pico de Ana Ferreira, que ofrece una vista increíble de Porto Santo, hay muchas otras cosas que hacer en los alrededores. Los «tubos de órganos», por ejemplo, son un lugar fácil de visitar si no se quiere subir a pie hasta la cima. Estas notables columnas de basalto son la chimenea expuesta del volcán y se revelan tras millones de años de erosión.
Otro hermoso paraje que visitamos fue la zona de los molinos de viento de Porto Santo, conocidos como los «Moinhos de Vento». Estos molinos de viento se utilizaban para moler grano en el pasado, pero hoy en día son un pintoresco punto de referencia en Porto Santo.
Después de comer, exploramos la Casa Colombo – Museo de Porto Santo para conocer la historia de la isla de Porto Santo. Se dice que la casa fue la antigua residencia de Cristóbal Colón y su esposa Filipa, hija del primer gobernador de Porto Santo. Fue increíble descubrir la riqueza cultural e histórica de la isla.
Como el día iba llegando poco a poco a su fin, quisimos ir a un bonito lugar para ver la puesta de sol. El mirador das Flores tenía muy buena pinta en las fotos que habíamos visto y, cuando llegamos, supimos que íbamos a disfrutar de algo espectacular. Los acantilados brillaban con una luz dorada y, tras la puesta de sol, el cielo ofrecía un hermoso espectáculo de colores. Fue el final perfecto para nuestro primer día explorando Porto Santo.
Al día siguiente, tocaba realizar otras dos actividades divertidas: Senderismo hasta Terra Chã y kayak para explorar la impresionante costa de Porto Santo. En primer lugar, nos dirigimos a la parte noreste de la isla para recorrer el sendero PR1 - Vereda do Pico Branco e Terra Chã. Este sendero recorre la parte más verde de la isla hasta unas impresionantes vistas costeras rodeadas de árboles. El sendero de ida y vuelta de cinco kilómetros, con una pendiente de 300 metros, fue una encantadora actividad matutina.
Tras nuestra caminata matinal, regresamos al hotel para prepararnos para la siguiente aventura del día: ¡kayak en el océano! Era la primera vez que navegaba en kayak en el mar, y tengo que decir que es muy diferente a hacerlo en un lago tranquilo. Dicho esto, fue increíble explorar Porto Santo desde una perspectiva diferente y ver las impresionantes formaciones rocosas y las cuevas naturales de la costa. También visitamos una playa a la que suele ser difícil acceder. Esta actividad estaba llena de animadas aventuras y la disfruté mucho. Si buscas vivir alguna aventura durante tus vacaciones en Porto Santo, ¡te la recomiendo enormemente!
Terminamos el día buscando un buen sitio para ver la puesta de sol. Esta vez, visitamos el mirador de Furado Norte, que ofrecía excelentes vistas del faro de Ilhéu de Ferro. Este faro histórico está situado en una pequeña isla frente a la costa oeste de Porto Santo. Teníamos el lugar para nosotros solos y encontramos un rincón perfecto para disfrutar de las hermosas vistas del océano. Al ponerse el sol, el cielo se tiñó de llamativos tonos anaranjados y morados, poniendo el broche de oro a nuestra maravillosa estancia en la isla de Porto Santo. Era hora de volver a la isla de Madeira y continuar nuestra aventura en estas hermosas islas del Atlántico.
