Mirador de la Vigia

Conocida como la «perla del Atlántico», Madeira revela una histórica relación simbiótica con el mar que la rodea. El océano es, por tanto, el protagonista indiscutible de algunos de los escenarios icónicos del archipiélago. Es el caso del mirador de la Vigia, que en su día sirvió para observar de cerca las grandes especies que habitan estas aguas.

Situado en la parroquia de São Jorge, municipio de Santana, este observatorio ofrece una vista panorámica inigualable del litoral oeste de la costa norte de Madeira. Los visitantes tienen la oportunidad de ampliar su radio de visión desde Arco de São Jorge, una pequeña localidad costera conocida por la fertilidad de sus suelos, fruto de su microclima, hasta Porto Moniz, famoso por sus piscinas naturales de origen volcánico.

Entre medias, todavía se puede ver Ponta Delgada, con su pequeño «anfiteatro natural» frente al mar, o Seixal, una ciudad rodeada de verdes montañas. En los días en que la visibilidad es buena, el mirador de la Vigia ofrece una vista de la isla de Porto Santo. Al gozar de una posición geográfica única, este lugar fue, durante mucho tiempo, un lugar privilegiado para el avistamiento de ballenas.