¿Sabías que Madeira cuenta con numerosas piscinas naturales perfectas para nadar? Formadas por la actividad volcánica de la isla y la erosión costera, estas piscinas están llenas de agua de mar y protegidas de las turbulentas olas del océano, por lo que proporcionan un entorno seguro y pintoresco para darse un baño refrescante.
Una de las mejores cosas de estas piscinas es que están repartidas por toda la isla y cada una ofrece una experiencia única. Después de haber vivido en Madeira durante siete meses, hemos visitado todas estas piscinas naturales y estamos encantados de compartir lo que puedes esperar de ellas. Porto Moniz y Doca do Cavacas son opciones fantásticas si prefieres disponer de muchos servicios y comodidades. Si te atrae un entorno más virgen y natural, las piscinas naturales de Seixal pueden ser tu mejor opción. En este artículo haremos un recorrido por estas tres piscinas naturales de la isla de Madeira.
¡Vamos allá!
Piscinas naturales de Porto Moniz

A 50 minutos en coche de Funchal, las piscinas naturales de Porto Moniz son las más famosas de Madeira. Con una superficie de 3800 m², esta amplia zona ofrece mucho espacio para explorar, relajarse y disfrutar de las impresionantes vistas de la escarpada costa norte.
Nos encantó lo bien organizado que estaba todo, con vestuarios limpios, duchas y un restaurante. Alquilamos unas tumbonas y sombrillas, lo que nos permitió pasar un día cómodo y tranquilo. Nadar en las distintas secciones de la piscina fue lo más destacado: presenciamos cómo las espectaculares olas del océano se rompían contra las rocas. Incluso hay un trampolín para los aventureros, aunque esos días las olas eran un poco intensas.
Uno de los mejores aspectos de estas piscinas es su seguridad. A diferencia de nadar en mar abierto, estas piscinas ofrecen una experiencia tranquila de agua salada sin tener que luchar contra fuertes corrientes. Además, el agua salada es mucho más suave para la piel que las piscinas con cloro.

Al final del día, comimos en el restaurante del lugar antes de dirigirnos a Ponta do Tristão, un mirador panorámico situado a solo 15 minutos. Orientado al oeste, parecía un lugar estupendo para ver la puesta de sol, lo que nos encanta. Resultó ser un lugar fantástico para ver el atardecer frente a los escarpados acantilados y la hermosa costa que se volvió dorada mientras se ponía el sol. Fue el colofón perfecto a un día disfrutando de las piscinas naturales más famosas de Madeira.
Piscinas naturales de Seixal

Otro día fuimos a explorar la costa norte de Madeira: queríamos ver el amanecer en las piscinas naturales de Seixal, también conocidas como Poças das Lesmas. Enclavadas junto a la playa de Seixal, estas piscinas nos proporcionaron un entorno sereno para empezar la mañana. Sentados en las rocas de lava al borde de las piscinas, contemplamos cómo la primera luz del día iluminaba el paisaje: era pura magia.
Aunque más pequeñas que las demás, las piscinas naturales de Seixal tienen un encanto especial. Un pintoresco arco marca la entrada a la piscina y, en un día tranquilo, el agua en calma crea un reflejo perfecto como el de un espejo. No pudimos resistirnos a capturar esta impresionante vista en una foto.

Las piscinas naturales de Seixal pueden parecer tranquilas y acogedoras, pero el mar puede estar lleno de sorpresas. Unas olas potentes y repentinas pueden pillar desprevenidos a los bañistas, convirtiendo un baño tranquilo en un arriesgado reto. Para disfrutar plenamente de esta maravilla natural, presta siempre atención a lo que te rodea, infórmate del estado del océano y resiste a la tentación de nadar cuando las aguas parezcan impredecibles.
Doca do Cavacas

Situado cerca de Funchal, entre Lido y la playa Formosa, Doca do Cavacas es un complejo de baño natural que cuenta con tres piscinas separadas con acceso directo al mar. Dispone de duchas, aseos, vestuarios e incluso un restaurante de marisco, ¡todo lo que necesitas para pasar un día relajándote junto al agua!
Pasamos aquí unas horas en una tarde soleada, disfrutando de la tranquilidad del ambiente. Sin embargo, como no había mucho espacio para tomar el sol, nos centramos en nadar. Las vistas de playa Formosa y cabo Girão, el acantilado marino más alto de Europa, eran absolutamente impresionantes.

Después de experimentar estas diferentes piscinas naturales, es difícil elegir una favorita. Cada una tiene algo único que ofrecer, ya sean vistas increíbles, restaurantes en el lugar o un ambiente más apartado; sin embargo, no se puede negar que las piscinas naturales de Porto Moniz son las más populares por una buena razón. Con un amplio espacio, excelentes instalaciones y la posibilidad de alquilar tumbonas y sombrillas, constituyen el marco perfecto para un día completo de relax.
Independientemente de la piscina que elijas, no te puedes ir sin visitar las piscinas naturales de Madeira. Tanto si buscas aventura, relajación o un paisaje impresionante, estas piscinas ofrecen una experiencia inolvidable en esta hermosa isla.