Rutas de senderismo inolvidables por la naturaleza de Madeira

El espectacular sendero que lleva a la cascada de Lagoa do Vento
Madeira Blog 1
Digital Travel Couple
Descubrimientos emocionantes para dos
Fecha:
ene. 25, 2024
Tiempo de lectura:
-min
Una de las mejores cosas de las levadas de Madeira son los tesoros que se pueden encontrar por el camino o al final de cada paseo. Lagoa do Vento cumple los criterios anteriores, ya que desemboca en una impresionante laguna situada en la base de una cascada de 80 metros de altura.

Adoramos las cascadas. La fuerza y la altura de las cascadas nos hacen sentir humildes ante la naturaleza. Además, a menudo sirven para refrescarse durante la caminata. Aunque hay más rutas de senderismo con cascadas en la isla de Madeira, Lagoa do Vento es una de las menos populares. Pero lo mejor de esta ruta por una levada es que ¡incluso puedes bañarte en la laguna! En un caluroso día de verano, es una buena forma de refrescarse.
Empezamos a caminar por el sendero de Lagoa do Vento a primera hora de la mañana. El sol salía detrás de las montañas y el aparcamiento estaba vacío. Siempre nos gusta empezar la caminata a primera hora. Nos da la oportunidad de ser los primeros en llegar a un lugar determinado, fundirnos con la naturaleza y contemplar el hermoso paisaje sin otras personas a nuestro alrededor. Solo los pájaros estaban despiertos y nos guiaban por todo el bosque con sus hermosos cantos. Acompañados por el sonido del agua corriente de la levada y una pequeña brisa entre las retorcidas ramas de los árboles, nos adentramos en el impresionante bosque de laurisilva.
Era fácil seguir el sendero y solo encontramos una pendiente significativa a lo largo del camino. Dicho esto, para nosotros, Lagoa do Vento fue un paseo accesible en Madeira, aunque puede ser un poco desafiante para los excursionistas no habituales, ya que está clasificado con dificultad moderada por las entidades responsables. Hay un tramo en el que la levada baja junto a los escalones, lo que crea una impresionante cascada natural. Por supuesto, ¡teníamos que parar aquí y hacer una foto rápida! Pronto los escalones nos llevaron a la laguna. Ya podíamos oír la cascada y, como fuimos después de que hubiera estado lloviendo unos días, ¡pudimos comprobar que el agua de la cascada bajaba con fuerza!

Cuando llegamos a la laguna nos sorprendió la belleza, el poder y la altura de esta cascada. ¡Debe de tratarse de una de las cascadas más bonitas de la isla de Madeira! Pero, por supuesto, hay que ir en el momento adecuado para verla en todo su esplendor. En verano llueve menos, por lo que lo más probable es que las cascadas estén secas, pero en otoño y en invierno hay más días de lluvia, y entonces el agua de la cascada baja con más fuerza.
No hacía suficiente calor para darse un chapuzón en la piscina natural. Pero podemos imaginar que en un caluroso día de verano... debe de ser increíble traer el bañador y darse un chapuzón en la laguna para refrescarse. ¡Es una de las únicas lagunas naturales de Madeira donde se puede nadar! Aquí no hay socorristas, así que, si quieres bañarte, debes ser lo suficientemente valiente y buen nadador.

Mientras disfrutábamos de nuestro desayuno en las rocas y escuchábamos bajar el agua por la cascada, un pájaro vino a sentarse a nuestro lado, pidiéndonos una miga de pan. Aunque me habría encantado compartir mi comida con los pájaros, aprendí que darles pan es en realidad de lo más perjudicial para ellos.
Incluso después de pasar una hora relajándonos junto a la laguna, no apareció nadie más. Qué manera de despertarse y desayunar en plena naturaleza... ¡Esta es otra de las cien razones por las que nos gusta tanto Madeira! Solo 30 minutos en coche desde la casa donde nos alojábamos, en Calheta, nos separaban de esta hermosa cascada en las profundidades del valle del Rabaçal. Y en comparación con otras rutas de senderismo por las levadas de Madeira, esta no está tan concurrida, por lo que ofrece una forma estupenda de conectar con la naturaleza.
Era hora de explorar un poco más tras la pausa del desayuno. Lo interesante de Lagoa do Vento es que alimenta la cascada de Risco, situada justo debajo. ¡Si caminas hasta el final del arroyo, podrás ver la cascada de Risco desde arriba! Ten cuidado y evita acercarte demasiado al borde del precipicio. Sin embargo, es seguro sentarse a unos metros de las rocas y disfrutar de la impresionante vista del valle del Rabaçal.
Como teníamos suficiente energía después de nuestro desayuno en Lagoa do Vento, decidimos prolongar nuestro paseo hasta la cascada de Dona Beja. Forma parte de la Levada do Alecrim y solo añadió dos kilómetros de camino llano a nuestra ruta. Aunque esta cascada es un poco más pequeña, también es una belleza. Metimos los pies en el agua cuando empezó a hacer calor y nos tomamos un momento para asimilarlo todo.
Algo que me suele sorprender es lo rápido que se va la gente una vez que llega al final de la ruta. Para conectar de verdad con la naturaleza en Madeira hay que seguir dos sencillas reglas: salir temprano y sentarse tranquilamente para disfrutar del momento. Escucha cómo corre el agua, el canto de los pájaros y las hojas de los árboles que empiezan a bailar cuando se levanta el viento. Madeira es una isla especial, pero hay que bajar el ritmo para poder contemplar toda la belleza que te rodea.
Satisfechos y llenos de energía, volvimos a nuestro coche y vimos que el aparcamiento ya empezaba a llenarse rápidamente. Dice el refrán que «al que madruga Dios le ayuda», y eso no podría ser más cierto en el caso de esta ruta de senderismo.
Senderismo
PR 6.3 - Vereda da Lagoa do Vento
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