Cuando la mayoría de las personas piensa en Madeira, le viene a la mente imágenes de senderos por las levadas (canales de agua) y excursiones únicas a través de asombrosos paisajes. Pero hay una dimensión de Madeira que lleva la expedición a un nivel completamente nuevo: la escalada y el alpinismo. He tenido el privilegio de escalar picos como el Pico das Torres y el Pico do Cidrão, y dejadme deciros que es un mundo totalmente distinto al de las rutas de senderismo de Madeira.
Mientras que el senderismo te permite pasear por la naturaleza, escalar estos picos te permite mimetizarte con ella, desafiarla, crear un vínculo. Escalar el Pico das Torres y el Pico do Cidrão me ofreció, además de vistas panorámicas, un sentido más profundo de la aventura, llevándome a superar mis límites y a envolverme en el salvaje abrazo de Madeira. Es una actividad para las personas que buscan algo más que senderos, para las que quieren superarse a sí mismas con una nueva forma de aventura en la isla.
Aventurarse más allá de los senderos habituales y sumergirse en el alpinismo no es decisión fácil. Esta disciplina exige una notable resistencia, resiliencia y fuerza física. Es esencial para el viaje una lista aceptable de equipamiento, que incluya cascos, arneses, cuerdas, mosquetones y guantes. Sobre todo, es fundamental contar con un guía de montaña experimentado. Te guiará por las rutas, te enseñará las técnicas esenciales y velará por tu seguridad durante la escalada.
Yo tuve la increíble oportunidad de formar equipo con el reputado experto local Gonçalo Silva. Aunque Gonçalo es de Madeira, su periplo montañero le ha llevado por todo el mundo, incluyendo extensas escaladas en los Alpes desde su base en la comuna francesa de Chamonix. A pesar de esto, se nota que lo que realmente destaca es su arraigada pasión por Madeira. Me guio en múltiples expediciones por las rutas menos frecuentadas del macizo central de la isla, demostrando su amor por su tierra natal.
Pico das Torres
La primera aventura que superamos fue el formidable Pico das Torres, a más de 1800 metros sobre el nivel del mar. En este viaje en particular, en lugar de ceñirme a los senderos conocidos, me aventuré, de la mano de Gonçalo, por los caminos menos transitados de Madeira. Me mostró muchos senderos antiguos, que antiguamente frecuentaban los pastores de ganado.
El ascenso fue engañoso. A primera vista, los senderos parecían peligrosamente empinados, pero a medida que avanzábamos se volvían menos intimidantes. Nuestro viaje nos condujo a una pequeña cascada, contra la que se alzaba una pared rocosa, reliquia del pasado utilizada por los pastores. Al seguir subiendo, la dificultad aumentó cuando trepamos por una grand pared rocosa. El tiempo unido a la atmósfera creada por las nubes en forma de un espectacular telón de fondo aumentaba la emoción de nuestra escalada.
Al llegar a la cima de la pared, nos recibieron formaciones rocosas rojizas únicas. Los ricos tonos tierra de las rocas contrastaban con las plantas invasoras que se abrían paso a su alrededor. La culminación de nuestra escalada fue el ascenso al Pico das Torres a través de estrechos abismos y gigantescos arcos de roca.
Tras varias horas de alpinismo y escalada, llegamos a la cumbre del Pico das Torres. Las escenas desde la cima eran incomparables, ofreciendo vistas panorámicas de la isla portuguesa de Madeira. Ahí parado, era surrealista pensar que pocos habían estado en la cima de ese imponente pico, lo que hizo que nuestro viaje fuera increíblemente especial.
Pico do Cidrão
El Pico do Cidrão, normalmente conocido como «mesa o montaña de cima plana», está situado al oeste del Pico do Areeiro. El ascenso al Pico do Cidrão es empinado y expuesto, aunque no excesivamente difícil. La escalada consiste en subir escalones escarpados excavados en la roca blanda de la montaña. Debido a que su punto de partida está algo oculto y a pesar de la prominencia del pico en la isla, pocos aventureros intentan esta escalada. Visto desde el Pico do Areeiro, el Pico do Cidrão se asemeja a una montaña de cima plana con impresionantes fachadas.
Seguimos la habitual ruta de «pico a pico» en dirección al Pico Ruivo hasta llegar a la base del Pico do Cidrão. En este punto, el sendero se compone de escarpadas escaleras talladas en roca blanda, y se transforma en un estrecho camino. Trepamos por la pared y luego superamos una corta escalada por la chimenea, seguida de unas escaleras que conducen a un saliente y a la cresta de la cumbre. El tramo final para alcanzar la meseta de la cumbre consiste en una breve pero difícil escalada de cuatro metros, clasificada con el grado II+ por la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA). El trayecto completo desde el Pico do Areeiro al Pico do Cidrão se puede realizar en menos de una hora.
En la cima del Pico do Cidrão se disfruta de una vista increíble. No solo te sientes en la cima de toda la isla, sino que puedes ver a todos los excursionistas como hormigas debajo de ti. Curiosamente, a ninguno de los excursionistas se le ocurre mirar a esta altura para encontrarte. Si alguien te encontrase, se quedaría perplejo pensando cómo has llegado tan alto.
Me encantó sentarme en la cima del Pico do Cidrão y contemplar las vistas del macizo central de Madeira. Tuvimos un hermoso y despejado día, que dejó al descubierto todos los picos, los senderos y los valles de la región. Una de las mejores partes de la expedición al Pico do Cidrão fue el descenso desde la cumbre. En lugar de dar marcha atrás por el mismo camino, decidimos seguir una ruta más aventurera para bajar del pico. Gonçalo demostró sus dotes de alpinista montando una serie de rápeles por las escarpadas paredes de la montaña.
Asomarse al acantilado y confiar ciegamente en las cuerdas fue una experiencia llena de adrenalina. Descendimos lentamente en rápel, tramo a tramo, antes de pasar por un viejo sendero de pastores que nos condujo de nuevo a la habitual ruta de «pico a pico».
Escalar en el macizo central es una de las mejores formas de pasar un día lleno de adrenalina en la isla. Si formas equipo con un lugareño experimentado como Gonçalo, escucharás anécdotas y aprenderás lecciones inestimables sobre la escalada y la historia de Madeira. Me encanta el senderismo en Madeira, sin embargo, estas dos experiencias de escalada llevaron mis aventuras en esta hermosa isla a otro nivel.
Me encantó sentarme en la cima del Pico do Cidrão y contemplar las vistas del macizo central de Madeira. Tuvimos un hermoso y despejado día, que dejó al descubierto todos los picos, los senderos y los valles de la región. Una de las mejores partes de la expedición al Pico do Cidrão fue el descenso desde la cumbre. En lugar de dar marcha atrás por el mismo camino, decidimos seguir una ruta más aventurera para bajar del pico. Gonçalo demostró sus dotes de alpinista montando una serie de rápeles por las escarpadas paredes de la montaña.
Asomarse al acantilado y confiar ciegamente en las cuerdas fue una experiencia llena de adrenalina. Descendimos lentamente en rápel, tramo a tramo, antes de pasar por un viejo sendero de pastores que nos condujo de nuevo a la habitual ruta de «pico a pico».
Escalar en el macizo central es una de las mejores formas de pasar un día lleno de adrenalina en la isla. Si formas equipo con un lugareño experimentado como Gonçalo, escucharás anécdotas y aprenderás lecciones inestimables sobre la escalada y la historia de Madeira. Me encanta el senderismo en Madeira, sin embargo, estas dos experiencias de escalada llevaron mis aventuras en esta hermosa isla a otro nivel.
Jackson Groves
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Para garantizar una experiencia de escalada segura y gratificante, es muy recomendable utilizar los servicios de un operador turístico especializado en escalada. Estas empresas cuentan con guías experimentados y formados que conocen los retos específicos de cada lugar, las técnicas adecuadas y el equipo necesario para garantizar la seguridad de los participantes.