La isla de Madeira puede ser un destino mágico durante la golden hour, con sus espectaculares paisajes y su nubosidad dinámica. Aunque muchos viajeros acuden en masa a lugares populares y hermosos como el Pico do Areeiro y la Ponta de São Lourenço para presenciar el amanecer o el atardecer, hay algo emocionante en descubrir lugares alternativos que están un poco apartados de los caminos más transitados. Estos tesoros ocultos transmiten sensación de serenidad y te permiten sentir la belleza de Madeira. Ya seas una persona madrugadora que quiere captar los primeros rayos del día o un amante de los atardeceres que busca el lugar perfecto para relajarse, arriésgate y explora estos destinos infravalorados para la golden hour.
Así que vamos a sumergirnos en algunos de los mejores sitios alternativos para ver el amanecer y el atardecer en la isla de Madeira.
Sitios para ver el amanecer
Playa de Seixal
Apartada en la costa norte de la isla, esta playa de arena negra es un tesoro escondido. Es asombroso ver cómo la luz suave del alba ilumina lentamente la arena negra volcánica. El contraste entre el azul intenso del océano Atlántico y las brillantes tonalidades verdes de los acantilados circundantes crea un efecto visual impresionante, sobre todo cuando el sol empieza a asomar por el horizonte. Mis lugares favoritos de la playa de Seixal son la cueva escondida y la cascada que cae sobre las rocas. También me encanta contemplar los enormes y frondosos acantilados verdes, donde a menudo se ven más cascadas.
Lo que hace que la playa de Seixal sea particularmente especial para el amanecer es su ambiente tranquilo. La playa suele estar prácticamente vacía a estas horas, lo que da la sensación de haber tropezado con un trozo secreto de paraíso. El sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla mientras el cielo pasa del morado al rosa y luego al dorado es la forma perfecta de empezar el día. También es un lugar ideal para hacer fotos chulas, ya que la luz del amanecer es suave y favorecedora, dándoles un toque fantástico.
Playa de la Ribeira da Janela
A poca distancia en coche de Seixal, la playa de la Ribeira da Janela es otro lugar increíble para ver el amanecer. Esta playa es famosa por sus espectaculares formaciones rocosas que emergen del océano, creando una llamativa silueta en contraste con el cielo matinal. Conforme sale el sol, estas imponentes rocas adquieren un cálido brillo que las hace aún más impresionantes.
La playa en sí es una mezcla de guijarros y arena oscura, con un aire salvaje e indómito que complementa a la perfección la belleza irregular de la costa norte de Madeira. Es un lugar donde se puede conectar de verdad con la naturaleza, sintiendo la brisa fresca de la mañana y oyendo el canto de los pájaros al comenzar el día. Si eres amante de la fotografía, las formaciones rocosas de la playa de la Ribeira da Janela ofrecen el primer plano perfecto para capturar el amanecer. La forma en que la luz juega con las rocas y el océano es realmente hipnotizante, por lo que es un lugar por el que merece la pena madrugar.
Mirador de la Ribeira da Janela
Si no te apetece ir a la playa, pero quieres ver un amanecer épico, ponte en marcha hacia el mirador de la Ribeira da Janela. Este mirador, situado muy por encima de la costa, ofrece vistas panorámicas del océano y del paisaje escarpado. Es un lugar fantástico para contemplar el amanecer, ya que podrás ver toda la costa norte bajo tus pies.
Una de las mejores cosas de este mirador es que es fácilmente accesible y cuenta con una zona de aparcamiento cerca. A pesar de poder llegar de forma cómoda, la gente suele pasarlo por alto, lo que lo convierte en un lugar sosegado para disfrutar del amanecer. Las vistas desde aquí arriba son absolutamente impresionantes, con las olas rompiendo contra los acantilados y el cielo cambiando de color a medida que sale el sol. Tráete una manta y un termo de café, y tendrás todo lo necesario para un comienzo de día perfecto explorando Madeira.
Sitios para ver el atardecer
Ponta da Ladeira
Ponta da Ladeira, situada en la costa sur de la isla, es un lugar que parece hecho a propósito para los atardeceres. Este afloramiento rocoso se adentra en el océano en la costa oeste de Madeira, ofreciendo vistas despejadas del horizonte. A medida que el sol se va dejando caer, toda la zona queda bañada por una luz cálida y dorada, que crea una atmósfera serena y casi de otro mundo.
Por debajo, las olas chocan con las rocas y, al ponerse el sol, el cielo empieza a teñirse de naranjas, rosas y morados. Si tienes suerte, puede que incluso captes el destello verde, un fenómeno óptico inusual que se produce justo cuando el sol desaparece por debajo del horizonte. Es el lugar perfecto para una velada romántica o simplemente para disfrutar de un momento de paz.
Mirador de Raposeira
El mirador de Raposeira es otra joya de la costa sur de Madeira que ofrece impresionantes vistas del atardecer. Este mirador está un poco más elevado y ofrece una fantástica perspectiva de la costa y del océano Atlántico desapareciendo en la distancia. Los atardeceres aquí suelen ser espectaculares, con el sol proyectando largas sombras sobre las colinas ondulantes y los acantilados, y creando un hermoso juego de luces y sombras.
El trayecto hasta el mirador de Raposeira forma parte de la aventura, ya que se recorren pintorescas carreteras bordeadas de exuberante vegetación y ocasionalmente se vislumbra el océano. Cuando llegues, la recompensa serán las vistas panorámicas que difícilmente olvidarás. Es un lugar ideal para llevar un pícnic y disfrutar de un atardecer sin prisas. A medida que el sol se pone, el cielo se transforma en un lienzo de colores, con naranjas y rojos profundos que se desvanecen en morados y azules. El ambiente tranquilo y las impresionantes vistas hacen que sea un rincón para el atardecer digno de visitar.
Mirador del Precipicio (Paul do Mar)
Por último, pero no por ello menos importante, el mirador del Precipicio, situado sobre el encantador pueblo de Paul do Mar, ofrece algunos de los atardeceres más espectaculares de la isla. Encaramado al borde de un acantilado, tendrás un asiento en primera fila para ver cómo el sol se hunde lentamente en el océano Atlántico, con tan solo la vasta extensión de agua y el cielo frente a ti.
La caída en picado desde el mirador hasta el océano añade un extra de emoción y asombro a la experiencia. Al ponerse el sol, los acantilados que te rodean se bañan en una luz dorada y el océano adquiere un brillo casi hipnótico. En este lugar puedes sentir de verdad el poder y la belleza de la naturaleza. También es un sitio magnífico para la fotografía, ya que el fantástico paisaje y la asombrosa luz dan lugar a imágenes increíbles.
La isla de Madeira es un paraíso para los amantes de la naturaleza, y no hay mejor forma de disfrutar de su belleza que contemplando un amanecer o un atardecer. Aunque los lugares populares tienen su encanto, hay algo especial en buscar estos lugares alternativos. Tanto si le das la bienvenida al sol sobre la arena negra de la playa de Seixal como si te despides de él desde los espectaculares acantilados del mirador del Precipicio, estos momentos ofrecen una conexión más profunda en compañía de la belleza salvaje de la isla.
Así que, la próxima vez que estés en Madeira, ¿por qué no dejar de lado los caminos más transitados para descubrir estos lugares infravalorados? Estos son los rincones donde se crean los recuerdos; donde puedes sentarte, relajarte y simplemente disfrutar de las impresionantes vistas que nos regala Madeira.
