Mirador de Ponta da Ladeira

En la costa noroeste de Madeira, donde los acantilados se adentran abruptamente en el Atlántico y el horizonte se pinta de colores cálidos al atardecer, el mirador de Ponta da Ladeira es uno de los secretos mejor guardados de la isla.

Situado cerca de Porto Moniz, este mirador ofrece una vista deslumbrante sobre la fajana de Quebrada Nova y los escarpes que caracterizan la región. Este mirador con una vista asombrosa experimenta, al final del día, una transformación exponencial: el cielo estalla en tonos anaranjados, reflejándose en las aguas del océano e iluminando los acantilados con tonos dorados.

El acceso se realiza a través de un camino de tierra desde un pequeño aparcamiento. Aunque el camino es corto, requiere cierta precaución, sobre todo en días húmedos o ventosos, ya que no hay barreras de protección a lo largo de las laderas. Esta falta de infraestructuras refuerza el carácter salvaje y virgen del lugar, proporcionando una experiencia auténtica y de inmersión en la naturaleza de Madeira, pero solo debe ser recorrido por personas con plena movilidad y con el máximo cuidado.