Reserva Natural de las Islas Desiertas
Hay tres pequeños islotes al sureste de la isla de Madeira, donde podemos encontrar un patrimonio natural y ecológico de gran valor. Son el Ilhéu Chão, Deserta Grande y Bugio. Juntos forman parte de la Reserva Natural de las Islas Desiertas.
De origen volcánico, las islas Desertas cuentan con un extenso litoral. Destaca la imponencia geológica de estos lugares, con sus acantilados escarpados. Este ecosistema alberga una gran diversidad biológica y es uno de los últimos reductos de la famosa foca monje del Mediterráneo. Además, la Reserva Natural de las Islas Desiertas es un importante centro de anidación de aves marinas.
Todavía en lo que se refiere a la riqueza de la fauna, es importante señalar que en el norte de Deserta Grande, en el valle de Castanheira, vive la tarántula de las Desertas (Lycosa ingens), una especie endémica de esta isla, que es la mayor de las tres. Por ello, estos territorios, así como los islotes que los sustentan, forman parte de una zona de protección especial desde 1990.
La Reserva Natural de las Islas Desiertas, clasificación otorgada en 1995, goza de un estatus de protección total con vistas a la conservación de estos ecosistemas. Las tres islas, que formando parte de la Red Natura 2000, aportan un valor natural y paisajístico incalculable a Madeira.
Detalles
Formada por tres pequeñas islas y algunos islotes adyacentes, la Reserva Natural de las Islas Desiertas posee un relevante patrimonio biológico, geológico y paisajístico, por lo que goza de total protección ecológica.